Enio Iommi. Las maravillas del mundo

Texto: Elena Oliveras; Enio Iommi
septiembre 2012

PODERES DE LA ABYECCION

Cercano e inadmisible, lo abyecto es lo “otro” en lo que no queremos reconocernos. Del latín abjectus (part. pas. de abicere = rebajar, envilecer) es lo despreciable, lo vil extremo, lo que no podemos aprehender ni controlar. Por eso lo expulsamos.

Cada una de las esculturas de la serie Las maravillas del mundo de Enio Iommi podría ser leída como diferentes capítulos de lo abyecto. Ellas perturban el sistema. No respetan reglas, en primer lugar, la del “buen gusto”. No ya bella apariencia sino intención de tocar lo “real traumático” difícilmente representable. De allí que surja la pregunta, ¿puede lo abyecto llegar a ser un signo para el arte? Iommi se atreve. Su joven irreverencia lo permite. Cada vez su atrevimiento se vuelve más intempestivo, más anárquico, es decir, más inadecuado para los fines del sistema. Y esto es así porque se siente “realmente agotado”. 

“Estoy realmente agotado -afirma Iommi- de ver y vivir con gobernantes que imponen sus poderes. Es tiempo que la humanidad viva a pleno”. Y agrega “creo que el anarquismo como valor humano nos daría con la clave y el derecho de vivir con plenitud”. Anarquismo positivo, en consecuencia, dada su base y su perspectiva humanistas.

Elena Oliveras

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